La indetenible Ruota Fortuna

...Reino, he reinado, carezco de reino, Reinaré...

10 ene 2011

Nos hace falta pensar


“Creo que en la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión, que no puede tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar, necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte”.
José Saramago, Revista del Expresso, Portugal (entrevista), 11 de octubre de 2008

Hoy viernes 18 de junio, murió José Saramago a los 87 años a causa de una leucemia crónica, en su casa de Lanzarote. Quizás se pregunten porqué me atreví a pedir que se reseñara la muerte de este gran escritor en el neuroblog; no era científico, no habló de neurociencias ni del cerebro, pero sí contribuyó (y lo seguirá haciendo mientras exista quienes lean su obra) a mantener nuestros cerebros activos cada vez que sus palabras nos hacían reflexionar, cada vez que nos llevaba a ese pensar profundo que nos permitía cuestionar tantas cosas en nuestra realidad. Y he allí la clave de todo: pensar, pensar, como bien quería Saramago que hiciéramos en cada instante de nuestra vida. Pero no se refería a pensar por pensar, ni a una maraña de pensamientos condicionados que surgen de la rutina. No.

Saramago siempre quiso con su trabajo remover nuestro pensamiento crítico, esa capacidad que tenemos de cuestionarlo todo, de no tragarnos las cosas sin analizarlas primero porque lo dijo fulano o sutano. Saramago siempre quiso que reflexionáramos acerca del poder, la solidaridad, la capacidad de transformarnos y sobrepasar nuestras auto-impuestas limitaciones, el amor, la intolerancia y la pseudotolerancia, la ética, la justicia, y la verdad. Saramago siempre quiso que nos diéramos cuenta que, como ciudadanos, somos capaces de forjar nuestro destino y de tomar nuestras propias decisiones. Siempre sintió un gran desprecio por la actitud holgazana y acomodaticia de muchos, que prefieren que otros decidan por ellos y así poder culpar a otros cuando algo sale mal.

Sé que para muchos Saramago no era lo que se puede llamar alguien afable y cariñoso, hay quienes lo tildan de antipático e inaccesible; pero, más allá de lo aparente, para mí, el verdadero Saramago se nos revela una y otra vez en cada una de sus palabras que siempre nos recuerdan que el asunto no es buscar el poder sobre otros, sino el poder personal que verdaderamente nos hace libres al tomar decisiones por nuestra propia voluntad, y no por lo que nos “vendan” otros.

Creo que el mejor homenaje que podemos hacerle a Saramago, es dejar de vivir con ideas prestadas y comenzar a crear y creer en nuestras propias ideas. Pensar, pensar, nos hace falta pensar...

“Lo malo es que no estemos organizados, debería haber una organización en cada casa, en cada calle, en cada barrio. Un gobierno, dijo la mujer, Una organización, el cuerpo también es un sistema organizado, está vivo mientras se mantiene organizado, la muerte no es más que el efecto de una desorganización (…)”.
José Saramago, Ensayo sobre la Ceguera, Alfaguara, 1996, p. 329.

Originalmente publicado por mi en: Neuroblog el viernes 18 de junio de 2010, día de la muerte de José Saramago.

E.

1 ene 2011

Piano en el lecho

Sabes que este poema no es de mi autoría, pero ciertamente nos pertenece. Un pequeño regalo para ti.

Piano en el lecho

Piano del cuerpo tendido, 
piano en el lecho que mi mano recorre
al compás de su cálida música.
¿Quién oye en la noche sus pálidos pétalos, 
sus senos y labios y pómulos, 
cuando roza la luna su carne?
Piano que sueña y a mi lado respira
henchido de notas dentro de sus venas.
Aquí la sombra protege sus sones
y nos envuelven los acordes sonámbulos.
Piano de náufrago, flotando hacia la costa, 
piano desnudo bajo tibia frazada.
Aquí su sueño nos revela otro mundo
y se escucha el redondo rumor de la tierra
y hasta los ritmos de galaxias remotas
bajo su piel palpable.

Eugenio Montejo, Papiros amorosos, 2002.